Los Pueblos Viven

¿Qué imagen se tiene del campo? El llano, vacas dispersas sobre una alfombra verde, extensiones vastísimas sembradas, cielo abierto, un molino, alambrados, postes. Todos elementos que cualquier alumno de los primeros grados escolares dibujaría en un trabajo de la materia Dibujo cuando la maestra propone “tema: el campo”.

Ya desde temprana edad se crea esa imagen mental que coincide con el dibujo de la hoja canson número cinco.

Lo que muchas veces se olvida es que junto a ese paisaje rural, están los pueblos.

Cuando se nombran a pueblos aislados, inaccesibles, incomunicados, sin infraestructura para hacer frente a las necesidades básicas de la población, inmersos en la inmensidad, pueblos donde sus habitantes resisten en su lugar pese a las condiciones de precariedad, seguramente pensamos en pueblos de la Patagonia o el Noroeste argentino, zonas desiertas y alejadas de las grandes urbes. Pero todas esas condiciones son también equivalentes a pueblos que se encuentran sobre la pampa, pueblos que están más acá de los confines de la provincia de Buenos Aires.


Contexto

El modelo económico neoliberal que empezó a deslizarse con fuerza en aquellos años oscuros de la Argentina moderna, y que se consolidó durante la década del ´90, significó para los pueblos del interior de la provincia de Buenos Aires el éxodo de sus habitantes signados principalmente por dos etapas producto de las políticas acorde a ese modelo.

En una primera etapa el cierre de los ramales del ferrocarril, como consecuencia de la ecuación: ramal que da pérdida, ramal que se clausura. Ecuación que deja de lado la utilización del ferrocarril para fortalecer los lazos sociales y como factor de desarrollo (se debe tener en cuenta que en muchos casos el cierre se produjo aunque la primera parte de dicha ecuación era solo una ficción).

La segunda etapa responde al desmantelamiento de las unidades productivas alrededor de las cuales se movilizaba la economía local de los poblados.

Una tercera etapa de desarraigo es la que se está produciendo actualmente, llevada adelante por el modelo de acumulación caracterizado por la exportación de materias primas dependiente del monocultivo. Grupos económicos desembarcan en grandes extensiones de tierras (pooles de siembra), que comprenden parcelas de los pequeños productores a los que les aseguran una rentabilidad fija al término de la cosecha. Los insumos y demás bienes necesarios para la producción agrícola en ningún caso se adquieren en los poblados adyacentes a esas tierras, afectando las economías locales. Asimismo, la tecnología intensiva utilizada significa la reducción de mano de obra. Se debe nombrar también que los insumos utilizados en la producción (fertilizantes, productos para fumigar) no son para nada saludables, afectando a las familias que viven en ese entorno, y que muchas veces se desplazan hacia otras localidades para no quedar expuestos a esa situación.

Un grupo de pueblos rurales se resiste para no pasar al olvido.

Encuentros

En 2004, por iniciativa de la localidad de Azcuénaga –San Andrés de Giles-, se organizó el I Encuentro de Pueblos Rurales de la Provincia de Buenos Aires. En aquel momento solo participaron además del anfitrión, La Niña -9 de Julio-, Pipinas –Punta Indio- y Barker –Benito Juárez-. La intención era compartir la historia de cada uno de los pueblos y tratar de pensar juntos posibles alternativas para contrarrestar los efectos de una situación en común que afecta a la comunidad de la mayor parte de los poblados del interior bonaerense (precariedad de los servicios públicos e infraestructura, falta de oportunidades laborales, calidad de vida). Muestra de ello es el desarraigo de los pobladores en busca de una oportunidad, lo que se traduce en el desbordamiento demográfico del conurbano o la superpoblación de las cabeceras de partido; de la misma manera aquellos jóvenes que emigran a la urbe en busca de un trabajo o para estudiar (que un gran número de ellos al recibirse no vuelve a su lugar de origen). El espíritu de los siguientes encuentros se mantendría intacto.

En diciembre de 2005 La Niña, junto a Jaqueca, una banda de rock rural agrícola-ganadero de Quiroga –9 de Julio-, propone el mes de Pueblos que Laten (nombre que se extendería luego al movimiento que agrupa a numeroso poblados del interior de la provincia). Lo hace teniendo en cuenta que en otros lugares se estaban dando también algunas manifestaciones comunitarias, como es el caso de Patricios -9 de Julio- donde sus vecinos se convocan para realizar una obra de teatro comunitario sobre los andenes de la estación de un tren que ya no pasa. La idea primigenia de La Niña sobre dicho encuentro muta, y se organiza el I Encuentro Nacional de Pueblos Rurales que se extendió por dos días, y donde concurrieron 57 pueblos del interior del país y funcionarios públicos. Esa convocatoria marca el inicio de Pueblos que Laten “por el derecho al arraigo con justicia social y desarrollo”.

El VI Encuentro realizado el último 16 y 17 de septiembre en las instalaciones del hotel y el complejo deportivo de Pipinas agrupó a vecinos de Verónica, Bavio, La Limpia, Arroyo del Medio, Timote, Patricios, La Niña, Quiroga, Sierra de la Ventana, Carmen de Patagones, Monte Hermoso, Viedma, Paraje Monasterio y Benito Juárez. En esa oportunidad se dio un salto cualitativo. Participaron funcionarios nacionales y provinciales, además de diversas organizaciones tales como el grupo de artistas “La Salamandra” de Viedma, el MTD de Patagones, la organización “Pies por la Tierra”, el Grupo de Reflexión Rural, la Federación de Cooperativas de Trabajo (FECOTRA), la Fundación Nueva Gestión de Jujuy, Unidades Prácticas de la Facultad de Periodismo y “La Cantora”, que participaron del debate y escucharon las necesidades de los pueblos. También concurrieron: el equipo de Antropología Rural de la carrera de Antropología de la UBA a cargo del prof. Hugo Ratier, docentes de la Facultad de Agronomía de La Plata, el Dr. Alfredo Dachary de la Universidad de Guadalajara de México y docente del Postgrado de Turismo Rural de la Facultad de Agronomía de la UBA.

Se recibió el apoyo y la participación de distintas áreas del gobierno: Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Ministerio de Desarrollo Humano de la Provincia de Bs. As., Secretaría de Turismo de la Provincia, Dirección General de Escuelas , Ministerio de Asuntos Agrarios, Ministerio de Obras Públicas, el Intendente y concejales del partido de Punta Indio, el Subsecretario de Medio Ambiente de Nación.


El movimiento

Pueblos que Laten se erige como un movimiento conformado por los pueblos rurales de la provincia de Buenos Aires, y como espacio de intercambio de sus pobladores que buscan una salida a sus problemáticas. El énfasis está puesto en organizarse y pensarse a sí mismos para que a partir del desarrollo desde lo local se propicie la reconversión económica sustentable de los poblados. A partir de aquí se propone el diálogo, debate y resolución junto al Estado. Ya no que los intelectuales orgánicos del Estado desde atrás de un escritorio piensen qué es lo mejor para esos pueblos, sino tomar el camino inverso, que la iniciativa surja de los pobladores.

Son cuantiosos los casos en que el Estado a través de diversos profesionales técnicos ha bajado a los pueblos con un molde preexistente para tratar de poner en marcha distintas prácticas para dar una solución a los residuos de un modelo económico impulsado desde lo político.

Del mismo modo, es visible en el interior la presencia del Estado que busca una salida a la problemática abriendo cárceles y aumentando la presencia policial (vale recordar que los agentes de la fuerza son instruidos en unos pocos meses). La presencia policial debe estar justificada por la existencia de delito o porque no está garantizado el orden. ¿Cómo se explica que en un pueblo con menos de dos mil habitantes haya aumentado el delito habiendo más policías que hace un tiempo atrás cuando la fila de agente era más flaca?

Otras de las alternativas que encuentra el Estado para solucionar la falta de empleo en las pequeñas localidades, es el traslado de residuos desde las zonas urbanas.


Historia y experiencias

Las diversas experiencias económicas, artísticas, culturales, comunitarias, que se llevan adelante en los pueblos del interior, son compartidas en cada encuentro.

En Pipinas –Punta Indio-, pueblo de 900 habitantes que basó su economía local y regional en torno a una cementera propiedad de Corcemar hasta los ´90 que pasó a manos de Loma Negra, un grupo de jóvenes guiados por la desazón de ver al pueblo hundirse en la nostalgia, de convivir con la sensación de todo sus habitantes que no veían una salida que sustentara su existencia luego de que la mole de cemento cerrara sus portones, se aventuró a pensar un proyecto comunitario para fortalecer el porvenir.

En 2003, se debate en el Consejo Deliberante del partido el llamado a licitación pública de algunos sectores antiguamente propiedad de la fábrica.

La conformación previa de la Cooperativa de Trabajo Pipinas Viva, les permitió participar de la licitación con un proyecto basado en el desarrollo de un “Turismo de pueblos rurales” para todo el distrito. Esto sería crear un nuevo concepto en Turismo Rural, para incluir a estos poblados como destino turístico y desarrollar una actividad económica innovadora. Los objetivos propuestos por este grupo de trabajo son claros: generar empleo, promover el arraigo y el desarrollo desde lo local mediante el rescate de los recursos materiales y simbólicos, transformar los recursos naturales y culturales disponibles en oferta de recursos turísticos.

Y el sueño se puso en marcha. El hotel, hasta ese entonces en ruinas por el abandono, que antiguamente era usado por los obreros de la cementera, fue recuperado y es administrado por la cooperativa. El Hotel Pipinas cuenta con 16 habitaciones en suite y brinda un servicio de pensión completa. Además se compró la bomba de agua para la pileta propia del complejo, única con la que cuenta el pueblo, se habilitó el camping, y se encuentra en vía de recuperación el complejo deportivo. Asimismo, se está llevando adelante junto a la comunidad un proyecto de granja educativa, biblioteca popular y un taller protegido. Los más jóvenes están participando de un proyecto de cine que está llevando adelante Unidades Prácticas de la Facultad de Periodismo.
La Niña -9 de julio- poblado de 400 habitantes, sufre una inundación hacia fines de 2001 que lo deja aislado por 60 días. El agua obstruyó los seis caminos vecinales que lo comunican a distintas localidades y rutas.
En el año 2002, la falta de mantenimiento del Canal Mercante que escurre las aguas del noroeste hacia el Salado, provoca la caída de una de sus paredes quedando nuevamente La Niña rodeada por el agua, con mas del 80 por ciento de las tierras del cuartel inundadas.
Es por ello que la comunidad se organiza y forma un comité de crisis, recauda fondos y lo auxilia la Provincia financiando el gasoil y parte de las horas extras para que pueda cerrarse la brecha abierta en el canal Mercante.
Los campos transformados en lagunas pronto comienzan a atraer pescadores. Nuevamente la creatividad permite a La Niña superar la crisis haciendo de la pesca un modo de subsistencia, un proyecto de turismo donde se comienza a brindar alojamiento en casas de familia, servicios a los pescadores de venta de carnadas, fileteado y limpieza de pescados y comidas.
La nueva actividad es contingente ya que las lagunas pronto se escurrieron. La Niña comienza entonces a organizar eventos, fiestas populares rescatando sus tradiciones, sus comidas, espectáculos deportivos, jineteadas y consolida una valiosa herramienta para mostrarse y difundirse: el Almanaque La Niña que incluye imágenes del lugar.

En 2005 se impulsa desde La Catita, estancia de La Niña, un proyecto que vincularía el arte, lo urbano y el campo. Se lleva a cabo la siembra de 76 hectáreas donde participó un numeroso grupo de personas conformado por expertos en agricultura satelital, agrimensores, propietarios de la tierra, especialistas en siembra y 17 artistas urbanos. Con el asesoramiento de la Facultad de Agronomía de la UBA se logró hacer diez dibujos sembrando soja, maíz y girasol en la extensión dispuesta, donde se puso de relieve lo artístico sin olvidar lo productivo, pues la siembra tendría que rendir desde ese aspecto.
Timote –Carlos Tejedor- es un pueblo rural de 400 habitantes ubicado al oeste de la provincia. El nombre de esta localidad se hizo conocido cuando en un campo del lugar se encontró el cuerpo sin vida del ex- presidente Aramburu secuestrado por los Montoneros en la década del 70.
El progreso de Timote vino de la mano del ferrocarril a principio de siglo ya que esta estación perteneciente al Ferrocarril Sarmiento era un punto estratégico entre Capital Federal y La Pampa. Las ricas tierras de esta zona hicieron que la producción agropecuaria fuese la otra fuente de desarrollo de la comunidad. Hasta la década del 70 existía el triple de la población actual.
Pero las incesantes inundaciones que azotaron la zona durante los últimos treinta años junto al cierre definitivo del ramal ferroviario, fueron las principales causas que hicieron que Timote no solo detuviera su crecimiento sino que comenzara a caer en una crisis socio-económica y cultural que se presentó como irreversible.
Y fue así como los pobladores comenzaron a pensar cuál podía ser la forma o el instrumento que lograra acercar a los vecinos y los pusiese a trabajar en un proyecto comunitario. Decidieron entonces que fuese el arte el instrumento que hiciera de nexo en la comunidad, para detener la fragmentación y el individualismo (personal e institucional) que era el principal obstáculo que deberían sortear indefectiblemente para comenzar a pensar en forma comunitaria y desde ahí sí intentar hacer frente a la crisis.
Nace entonces lo que se da en llamar Arte Comunitario Timotense, un proyecto comunitario del que participa toda la comunidad: instituciones, peñas folklóricas, agrupaciones de danzas, músicos, artesanos, escritores y todos aquellos vecinos que tienen inquietudes y ganas de sumarse al proyecto.
Fue el centenario de la localidad la fecha disparadora de ese desafío, debía ser esa tal vez la fecha y la excusa para que el individualismo y las diferencias que separaban de alguna manera a los vecinos comenzaran a desaparecer y se empezara a pensar en sentido comunitario, esa es la pulpa vital de arte comunitario timotense: el acercamiento.
Se plasmaron las diversas manifestaciones del arte en una obra de teatro comunitario que se convertiría en el eje central del proyecto y del que se irían desprendiendo nuevas acciones enriquecedoras del objetivo primordial: el desarrollo socio-cultural.
La obra de teatro comunitario fue creada, escrita y representada por los vecinos del pueblo y se refiere a la creación y origen mismo del pueblo durante la “conquista del desierto”. ” Y Serás La Patria“ es como se denomina en homenaje al libro homónimo que sirvió de inspiración del escritor y poeta timotense José Adolfo Gaillardou.
La Limpia –Bragado- es una localidad donde viven 42 personas en el casco urbano y 33 en chacras. En todo el cuartel hay en total 98 habitantes.
Quedan muy pocos edificios en pie, la mayoría fueron vendidos para demoler. De los que quedan los más antiguos son un ex almacén y despacho de bebidas; la antigua herrería, almacén y despacho de combustibles; el Club Victoria, que abre uno o dos días a la semana y funciona como bar y cancha de bochas; la Capilla Nuestra Sra. de Luján donde una vez por mes se celebra misa y es el acontecimiento social más importante ya que después del acto religioso se comparte una merienda a la canasta; la Escuela donde se cursa hasta 9º año y vienen alumnos de toda la zona rural cercana y la estación del ferrocarril donde funciona la Sociedad de Fomento y el Jardín de Infantes, que comparten un hermoso y bien mantenido edificio de estilo inglés. Hay manzanas enteras cubiertas por vegetación incluso las calles que las separaban.
Los vecinos formaron vía reglamentación municipal, un Consejo de la comunidad donde se trabaja junto al municipio. Recibieron la donación de un terreno en “pleno centro” para construir la sede de la Sociedad de Fomento. Se está trabajando para conseguir una máquina chipeadora para picar las ramas fruto del desmonte de tantas manzanas y calles cubiertas de vegetación, la que se piensa reducir a una cantidad óptima de árboles, para seguir disfrutando de la sombra, el reparo de los vientos, el canto de la aves que viven allí y poder circular por las calles. En este sentido, se aprovecharán las tierras con viviendas. Existen también emprendimientos productivos tales como el de lombricultura a partir de las ramas picadas. Hay una propuesta de instalación de un restaurante de gastronomía criolla y un vecino del cuartel dispuesto a colaborar con el desmonte y limpieza de terrenos y calles en forma ordenada y además rentable.
Estas experiencias son solo algunas de las tantas que caracterizan a los Pueblos que Laten.


Perspectivas

El próximo encuentro a realizarse en Timote el 2 y 3 de diciembre es esperado con ansias por los habitantes de los pueblos para seguir avanzando en la constitución formal del movimiento, pues Pueblos que Laten se va a constituir como Asociación Civil. También será el espacio donde se continuará debatiendo acerca de la problemática en busca de propuestas y soluciones.

La problemática de los pueblos rurales es compleja y hay que analizarla desde este contexto, lo que implica la discusión sobre qué modelo de país queremos. Son poblados que no forman parte del pasado, son pueblos presentes, con historia y sobre todo, con futuro, un futuro en construcción.

Los diferentes proyectos que se están desarrollando (teatro comunitario, festival de rock, participación popular y organización comunitaria, eventos vinculados al arte, turismo rural, producción agro ecológica, entre otros) expresan distintos modos de lucha y resistencia frente a la exclusión, el olvido y el despoblamiento.

En las ultimas décadas el Estado se ha ido retirando de los pueblos y abandonando muchas de sus funciones. Es necesario revertir este proceso, desde el gobierno local al provincial y nacional, exigiendo al Estado el resguardo del derecho al arraigo, al desarrollo y a la accesibilidad.

La Isla de las Flores

Soja

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